La terapeuta familiar Virginia Satir a identificado cinco patrones o modelos de comunicación, los cuales se caracterizan por una postura corporal, una serie de gestos, acompañados por sensaciones corporales y palabras.
1) Aplacador o conciliador:
Su objetivo es lograr que la otra persona no se enoje. Quien utiliza este patrón de comunicación trata de agradar, disculpándose sin disentir jamás, no importa de lo que se trate.
2) Culpador o recriminador:
Su fin es culpar a la otra persona para que crea que es fuerte, actúa como un ser superior, su actitud es de tirano, rebaja a todo y a todos.
3) Distractor o impertinente:
Hace y dice cosas que no corresponden a la ocasión, desconoce el tema del que se habla.
4) Superrazonador o computador:
Enfrenta la amenaza como si fuera inofensiva, estableciendo su propio valor con palabras rebuscadas aunque no este seguro de su significado. Quien usa este patrón es correcto y razonable, no manifiesta ningún sentimiento, es calmado, sereno y tranquilo (aparentemente). El aprendizaje de esta forma de comunicación se adquiere desde la infancia.
5) Comunicación abierta, fluida, asertiva, retroalimentada:
Los mensajes son sencillos y directos, no existe sentimiento de amenaza a la autoestima y si lo hay se comunica. Favorece el bienestar psicológico, permitiendo que los miembros de una familia se valoren, se sientan estimados y con capacidad de amor.
Los modelos de comunicación familiar buscan:
Aplacar o evitar: para que el otro no se enoje.
Culpar o acusar: para que el otro te crea fuerte.
Superrazonar o intelectualizar: para que vean tu propio valor.
Distraer o distorsionar: para evitar el compromiso de definir la relación.
Abrir o franquear: para lograr un intercambio simétrico.
Estos modelos de comunicación operan en todos los sistemas humanos, son aprendidos en el núcleo familiar como parte de las primeras experiencias del individuo y se desarrollan a lo largo de la evolución. El intercambio con otros sistemas diferentes a la familia permite modificaciones, pero siempre existirá como base el modelo de la familia de origen.
AXIOMAS DE LA COMUNICACIÓN:
-Es imposible no comunicarse: toda conducta en una situación de interacción tiene un valor de mensaje, no se puede dejar de comunicar, palabras o silencio, tiene siempre valor de mensaje: influyen sobre los demás, quienes a su vez no pueden dejar de responder y por lo tanto también comunican.
La comunicación no solo tiene lugar cuando es intencional, es cuando se logra un entendimiento mutuo: el mensaje emitido puede ser o no ser igual al mensaje recibido.
Es imposible no comunicarse al interior del sistema familiar, cualquier conducta tiene para los otros miembros de la familia un mensaje.
-Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional, y es por ende una metacomunicacion. Una comunicación no solo transmite información, aspecto referencial, sino que al mismo tiempo impone conductas, aspecto conativo o connotativo.
En la comunicación humana, la relación es establecida en tanto el aspecto referencial transmite los datos de la comunicación y el conativo cómo hay que entender dicha comunicación.
-La naturaleza de una relación depende de la puntuación de secuencia de comunicación entre los comunicantes. Toda serie de mensajes tiene una puntuación determinada, la comunicación intrafamiliar, puede ser vista como una serie ininterrumpida de mensajes intercambiados a los cuales es necesario darle un principio y un final.
-Todo mensaje tiene componentes digitalicos y analógicos. La comunicación no verbal o analógica, corresponde a la expresión corporal, las posturas, los gestos, etc., esta es propia del ser humano.
La comunicación digitalica o verbal, posee gran capacidad sintáctica.
-La comunicación intrafamiliar puede ser simétrica o complementaria, estas son relaciones basadas en la igualdad o en la indiferencia. La interacción simétrica se caracteriza por la igualdad y por la diferencia mínima, mientras que la interacción complementaria esta basada en un máximo de diferencias.
En la simetría, a la conducta agresiva del padre, corresponde el hijo con actitudes de mayor agresión; y en la complementariedad, a mayor agresión del padre corresponde el hijo con menor agresión, actitudes de sumisión.
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